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Larissa Marangoni: ¿Cómo ser más creativo?

¿Cómo ser más creativos?

Fases del proceso creativo de una escultura.

¿Qué significa ser creativo?

El arte, la música y la escultura le dan sentido a la vida. Nos invitan a soñar, reflexionar y nos ayudan a entender las vicisitudes del día a día. Son alimento. El arte, en general, es tan poderoso que es fácil olvidar el proceso detrás de su creación: las influencias, aprendizajes y retos. Un artista se hace, se esculpe con el tiempo. El arte –todo arte– es, por eso, una de las expresiones más vivas de la creatividad. Está, además, al alcance de nuestras manos; ser creativo es una decisión de quienes están destinados a crear.

Elementos que estimulan la creatividad

La escultora Larissa Marangoni ha dedicado su vida a moldear, soldar y montar elementos. Compone formas, ya que la escultura es como música detenida en el tiempo y el espacio. Gracias a su trabajo ha descubierto la creatividad que habita en el ser humano. Al estudiar las formas que le rodean, Larissa ha aprendido a identificar elementos para tallar la creatividad artística de quien se lo proponga como, por ejemplo, la perseverancia y la lectura. En la creación artística, sin embargo, hay más elementos esenciales.

Escultura de los elementos que estimulan la creatividad

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Partes de la estimulación creativa: Escultura de Larissa Marangoni

Escultura de los elementos que estimulan la creatividad

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Partes de la estimulación creativa: Escultura de Larissa Marangoni

Las personas: ayudar y dejarse ayudar

A cada uno lo moldea su gente: el entorno familiar, los amigos y maestros. Somos, después de todo, animales sociales. Para Larissa, por ejemplo, la gente es un elemento vital de la labor artística. “Crear significa investigar también a los demás”, dice. Ella ha aprendido a confiar en la gente para trabajar en equipo y también para crear e inspirarse: su trabajo como escultora no se logra a solas. 

Este es un aprendizaje valioso para cualquier campo creativo: reconocer que necesitamos a los demás y que la colaboración puede ser profundamente fructífera cuando se suman manos y cabezas para construir.

Tener socios o compañeros que comparten una visión ayuda a que la ejecución pueda llevarse a cabo y no quedarse solo en planes.

El proceso de trabajo colaborativo es siempre una negociación, un diálogo constante: aprender de los demás para cultivar lo propio.

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Obra de Larissa Marangoni
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Larissa Marangoni, dándole los últimos retoques a una escultura
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Larissa Marangoni realizando diseños de escultura
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Larissa Marangoni trabajando en una escultura artesanal
 
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“Crear significa investigar también a los demás”

El movimiento: enriquecernos del cambio

Crear se dificulta cuando estamos estancados o paralizados. El movimiento, en cambio, nos expone a nuevas perspectivas, lugares, posibilidades. El movimiento genera esa energía tan necesaria para llevar a cabo las ideas.  La creatividad se desencadena al moverse. Larissa recomienda caminar, trotar, buscar actividades que estimulen el cuerpo. "El caminante es un rebelde que camina hacia sí mismo”, decía el filósofo Nietzsche, quien era conocido por hacerlo rutinariamente para ordenar sus ideas. Debe convertirse en un hábito; salir unos minutos de la zona de confort para pensar y despabilar las ideas. “El esfuerzo físico estimula la concentración”, asegura Larissa.

Larissa Marangoni
Obra de Larissa Marangoni
Larissa Marangoni bocetando
Larissa Marangoni trabajando
Obra de Larissa Marangoni

Cuando camina, Larissa lleva siempre un cuaderno consigo y toma fotografías de la naturaleza: las hojas, las sombras, los ángulos rocosos que asoman de la tierra. Elementos que la inspiran para su escultura. El movimiento se vuelve una excusa para observar y absorber todos los sentidos y detalles que aguardan en nuestro entorno. Al salir, hay que estar atentos. Dejar los dispositivos móviles por un momento y dejarse sorprender por lo que ocurre a nuestro alrededor. Nunca sabemos de dónde puede llegar la semilla para una nueva idea.

El tiempo: paciencia para aprender 

La creación es también una espera activa; un anhelo que camina. El aprendizaje toma tiempo y experiencia, después de todo. Larissa, por eso, recomienda paciencia y disciplina a la vez: empieza en las mañanas, cuando se siente más activa e inspirada, y advierte que “es primordial darse tiempo para pensar”. Invita a la meditación de cualquier tipo: casual, espontánea, en cualquier momento del día. Tomar un respiro. Hay que ser comprensivos con nuestros procesos: “Dibuja y que no te importe si te sale mal”, dice. La paciencia en la que cree Larissa se extiende a las formas de trabajo de cada uno. Se admite como “esporádica” en su modo de trabajo y por eso ha creado estrategias para crear a su manera. “Ser creativo depende de la vida que uno lleve”, dice convencida de que la cotidianidad también puede ser un acto artístico.

Destinados a crear: la creatividad es una decisión 

No hay fórmulas universales para crear. Ni formulas ni panaceas. El reto es “darse el tiempo para pensar” –como dice Larissa– para incorporar la creación en cada momento de la vida. “Todos somos creadores”, asegura la artista, quien además celebra la enorme y estimulante diversidad del Ecuador. La diferencia está entre quienes deciden asumirlo y caminar hacia sí mismos.