Por DinersClub |

Más allá de ser espacios de aprendizaje y conocimiento, las escuelas y los colegios son lugares de socialización, que nos encaminan psicológica y emocionalmente. Por eso mismo, antes de volver a clases es importante fortalecer varios aspectos, en especial para motivar a todos en las mañanas. Acudimos a la doctora Karla Villagómez, psicóloga clínica, para que nos dé una guía de cómo alistarnos para clases y salir con toda la energía a la escuela.

Autorregulación: Empezar por uno mismo

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Mamá enseñando a su hijo a que resuelva sus tareas para este regreso a clases

Los hijos necesitan de la guía de sus padres para aprender cómo manejar sus emociones o comportamientos. Es decir, como adulto, primero debes evaluar tus propias emociones y comportamientos para luego transmitir confianza a tus hijos.

Transmitir tranquilidad y entusiasmo en las mañanas es importante, pero siempre desde el amor y respeto al otro, no desde el miedo o la incertidumbre que pueden paralizar al niño o adolescente. Por supuesto, no siempre es fácil. Para lograrlo, debes aprender a autorregular tus emociones y comportamientos, ya que estos serán asimilados por tus hijos. Recuerda: eres un ejemplo para ellos. Procura que te vean con ganas, energía y actitud positiva

Mirar a los hijos desde el amor: pon atención a su comportamiento

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Niña con pinturas en sus manos, jugando en este regreso a clases

Tras haber cumplido el primer paso de mirarte a ti mismo, es momento de observar a tus hijos. Tener la capacidad de mirar desde el amor significa conectarse y sintonizarse con el sentimiento de los hijos, sin que los miedos, angustias e incertidumbres propias del adulto nublen esta mirada.

El observar con atención te permitirá identificar cambios en el comportamiento de tus hijos: ¿cómo están después de despertar? ¿desayunan mucho o poco? Hacerles frente a los retos escolares puede generar muchas emociones y son los padres quienes deben convertirse en la guía, apoyo y contención emocional.

En la observación pueden saltar algunas señales de alerta que deberán ser evaluadas y recibir especial atención. Por ejemplo, el niño o adolescente está más callado que de costumbre, es más irritable, le cuesta seguir una conversación, o no disfruta de las cosas que usualmente sí le gustaba hacer.

Para estos casos se recomienda mantener la observación y, si los comportamientos preocupantes persisten, buscar la perspectiva de un profesional.

Conversar: fomentar el diálogo con los hijos

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Papá enseñando a su hijo a dibujar para una tarea de su clase

Como padres siempre es recomendable mantener un tiempo de calidad con los hijos para escucharlos con calma y transmitirles confianza, no solo físicamente, sino también desde el corazón.

La comunicación asertiva es fundamental para, además de obtener información sobre el otro, crear un vínculo entre padres e hijos. Abre el diálogo, si notas que tu hijo o hija necesita ayuda. Hazlo de la manera más simple y genuina posible, a través de un lenguaje amable, positivo y consciente. Pregúntales sobre sus clases, o comparte tus propias anécdotas sobre tus años escolares. Convierte las mañanas en una oportunidad para estar presente.

El desayuno: la comida más importante

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Niños desayunando en su casa antes de ir a sus clases

Regresar a clases puede ser agotador. Es un tiempo que demanda mucho y que exige toda la energía posible. La buena alimentación es clave. Haz tiempo para desayunar de manera balanceada y rica en proteínas, vitaminas, minerales y carbohidratos. ¿Dónde los encontramos? Los expertos recomiendan los cereales integrales, al menos un lácteo (yogur, leche o queso) y una fruta. No tiene que ser un gran banquete, es suficiente con una buena selección de alimentos.

El desayuno también es un gran momento para compartir, sentarse juntos y compartir ideas, historias y sueños. La mañana es siempre un nuevo inicio y el desayuno puede determinar cuán listos estamos para el día. Celebra esa rutina como es debido. ¡Buen provecho!

Acompañar y apoyar a los hijos 

Para los más pequeños puede resultar muy difícil alejarse de sus padres, aunque sea por pocas horas. Hazles saber que, aunque no te vean, siempre estarás pendiente y presente. Sé paciente, brinda ese gesto, esa escucha, esos abrazos y sonrisas que tanto bien pueden hacer a los más pequeños.

Apoyarlos también significa creatividad. Encuentra la manera de conectarte a distancia. Algunas estrategias simbólicas que se pueden utilizar con los  pequeños son: el llevar una pulsera que le recuerde a mamá o llevar un dibujo de un beso de mamá y papá. Finalmente, mantente en constante comunicación con la comunidad escolar para tu tranquilidad. Te ayudará a afrontar el intimidante pero esperanzador regreso a clases. Prepárate, porque al cole regresamos todos.

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