La pregunta es válida y se ha hecho muchas veces: ¿los videojuegos son un deporte? Para contestarla entran los e-sports, una tendencia que crece como bola de nieve y que ha dado origen a una industria enorme en el mundo de los videojuegos, a un modelo de negocio y a una audiencia de proporciones épicas. Y aunque existen desde hace algún tiempo, la bola de nieve empezó a rodar con fuerza recién en los últimos años.
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¿De qué hablamos cuando hablamos de e-sports?
Si alguna vez deambulaste por foros de gamers y sobre deportes y juegos electrónicos, seguro te habrás topado con la frase “Todos los e-sports son videojuegos, pero no todos los videojuegos son e-sports”. Esta especie de mantra explica el parentesco que hay entre videojuegos y e-sports, al mismo tiempo que deja claro que no son sinónimos. Pero entonces, ¿qué son exactamente los e-sports y en qué se parecen a los deportes tradicionales?
Interacción y competencia: los videojuegos son un deporte
Así como pasa en el ajedrez, en el baloncesto y en el ciclismo, en los e-sports dos o más jugadores interactúan y compiten, de manera amateur o profesional, pero no en una cancha o pista, sino en un videojuego. Estas competencias pueden ser presenciales o remotas, con usuarios conectados desde diversos puntos del planeta. Al igual que con los deportes análogos, cada e-sport tiene sus propias reglas y los espectadores pueden seguirlos a través de diferentes dispositivos.
Equipos de e-sports y un pantone de disciplinas
Existen subcategorías de e-sports para todos los gustos y aptitudes. Están los juegos de pelea, de disparos en primer persona conocidos como shooters, los juegos multijugador de arena de batalla (MOBA), los de estrategia en tiempo real, los deportivos y los juegos de rol multijugador masivos en línea (MMORPG). Existen en los que se participa individualmente o con un equipo de videojuegos en diversas etapas. En fin, hay juegos tan distintos entre sí como lo son el fútbol y el golf. Y de la misma manera, hay fans para todos ellos.
Hinchadas masivas y fanáticos alrededor del mundo
Los e-sports, como los deportes tradicionales, pueden llegar a ser muy populares, tener millones de seguidores y contar con cobertura por parte de los medios de comunicación. En Corea del Sur, los eventos e-sports son un espectáculo nacional que se transmite por televisión y, en países como España, hay universidades y centros de estudio de negocio que ofrecen maestrías relacionadas a e-sports.
Los espectadores de los deportes electrónicos sienten la misma emoción cuando ven una partida en la que compite su gamer favorito, que la que siente un fanático del fútbol cuando ve jugar Messi o Cristiano Ronaldo. El enfrentamiento entre oponentes, hasta que un ganador se imponga por sus habilidades, es lo que alimenta y enciende tanto a la afición análoga y a la virtual. Así como los aficionados del fútbol se suscriben a servicios de pay-per-view para seguir a sus equipos y jugadores favoritos, los seguidores de los e-sports siguen a sus astros electrónicos a través de sitios como Twitch, la plataforma de live streaming más grande del mundo, que se especializa en la transmisión y retransmisión de partidas de videojuegos.
Gamers que ganan millones y entrenan duro
Aunque todavía no hay jugadores de e-sports que ganen los 650 millones de dólares que ha amasado Cristiano Ronaldo durante su carrera, sí hay gamers como el danés Johan ‘N0tail’ Sundstein, el jugador de e-sports mejor pagado del mundo, que ha acumulado 7.4 millones de dólares en premios y tiene una casa de 17 habitaciones en Lisboa. Sundstein, al igual que deportistas como Cristiano Ronaldo y, para no ir muy lejos, como Richard Carapaz, deben tener buenos reflejos, una mente creativa y la capacidad para desarrollar estrategias. Y por supuesto, entrenar muchas horas al día y a la semana.
Ari Coronel, conocido por sus 11 millones de suscriptores en YouTube como Raptor Gamer, es un jugador ecuatoriano de e-sports. Su trayectoria le ha permitido crear un equipo de e-sports, el clan Skull Cracker, que compite en distintos disciplinas de deportes electrónicos. Según Raptor, ocho horas es lo mínimo que un gamer tendría que entrenar a diario. “Eso, en un juego como Rainbow Six, que no están al mismo nivel que los que juegan League of Legends –explica–. Ellos juegan 15 horas al día”.
Equipos, ligas, auspiciantes y una industria en alza
Otra similitud entre e-sports y deportes tradicionales es la existencia de ligas y competiciones oficiales, que cuentan con reglamentos claros, así como una audiencia que sigue los encuentros y que crea una demanda informativa. Los equipos de e-sports tienen el auspicio de diferentes marcas. “Los gamers profesionales son como los jugadores de fútbol –dice Raptor–. Existe el director deportivo, el manager, el departamento de marketing, que se encarga que los jugadores sean más conocidos, que sean como celebridades”. También hay departamentos de psicología y nutrición que asesoran a los equipos.
El futuro de los e-sports
Con la pandemia en apogeo y la dificultad de realizar espectáculos masivos, los grandes torneos de e-sports pasaron de los coliseos a la web. Los equipos jugaban desde su gaming house y el público podía ver el evento de deporte digital desde su casa, pagando un módico precio.
Pero la tendencia no disminuirá con el fin del confinaniento. La consultora NewZoo estima que la audiencia de los e-sports creció 557 millones a nivel mundial este año. Y, con una escena que incluye miles de jugadores, entrenadores, streamers, comentaristas y auspiciantes, esa es una cifra bastante factible.